El ajo posee un alto valor nutritivo y contiene muy pocas calorías.
28 gramos contienen 42 calorías, y mucha vitamina C, vitamina B6 y manganeso. Tomar un diente de ajo en ayunas puede sonar a remedio de abuela, pero desde la Fundación Española del Corazón (FEC) se recomienda incluir ajo en la dieta no solo para reducir el colesterol malo y proteger nuestro corazón, sino como remedio depurativo, antiséptico y antibacteriano.
- Mejora la circulación de la sangre. Su alto contenido en vitamina B reduce los niveles de homocisteína, sustancia que endurece los vasos sanguíneos.
- Bueno para el hígado. El ajo ayuda a depurar toxinas, a eliminar parásitos y a liberar del cuerpo metales pesados como el mercurio o restos de medicamentos.
- Bueno para resfriados y afecciones pulmonares. Sus propiedades mucolíticas y antibióticas contribuyen a aliviar los problemas pulmonares.
- Reduce los niveles de colesterol, gracias a su alto contenido en alicina.
- Cuida nuestro aparato digestivo. Ingerir ajo hace que las digestiones se realicen mucho mejor porque estimula los ácidos gástricos, facilitando la absorción de los alimentos.